¿Como se te queda el cuerpo?

Cada quince [15] segundos, muere un niño por problemas de agua potable.
(ya ha muerto uno).

Una vez, en clase de Filosofía discutíamos sobre cómo erradicar el hambre del mundo.
Una chica, levantó la mano, y muy seria dijo: matándolos a todos.
Y, claro, todos quedamos estupefactos. Nadie sabía muy bien si escandalizarse o reírse a carcajadas.
La verdad es que tiene su lógica: tú los matas y ellos no sufren.

Es como en las dictaduras: matas a unos cuantos, metes el miedo a vivir con los demás, los sometes bien sometidos a tu antojo, y ya lo tienes: la fórmula para la paz social. Es un método tan efectivo, que puede que setenta [70] años después de que tú lo empieces a poner en práctica, un iluminado reconozca lo bien que se vivía bajo el imperio de tu ley. La prosperidad que tú y sólo tú lograste traer a donde antes sólo había caos.
Porque ¿para qué recordar a los muertos? ¿a los que huyeron del miedo y los fantasmas? ¿Para qué reconocer que se cometieron atrocidades? Por Gregorio [hay quién lo prefiere llamar Dios], eso nunca. Ya vale de levantar heridas.


Y siguen muriendo.
Y el grifo del baño sigue goteando.